/Crónicas///

Berri Txarrak – Bilbao (25/08/2006)

Gorka Urbizu, Mikel López, Aitor Goikoetxea
8.5
Botika Vieja, Lleno
Precio: Libre
Géneros:

Sumidos en una gira vertiginosa en la que lo mismo han tocado por el continente americano, que por Europa o festivales de rock sin olvidar las tradicionales fiestas de pueblos de Euskal Herria, por fin Berri Txarrak volvían a Bilbao en una cita importante; los macroconciertos festivos de Botika Vieja. Una presencia que se iba haciendo ya imperante vista la calidad en aumento que la banda ha adquirido a lo largo de los años y sobre todo, después de anécdotas de que fueran anunciados por algunos medios el pasado año sin saber ellos nada del tema.

Así pues tocaba cita euskaldun, en mi opinión una mala costumbre ésta de agrupar conciertos más por supuestas ideologías que otra cosa. Los acompañantes eran nada menos que con Su Ta Gar, todos unos veteranos del heavy metal euskaldun con quienes los actuales Berri poco tienen que ver musicalmente. Muy respetables, grababan un DVD en el concierto que fue un auténtico baño de masas y un repaso a una dilatada carrera dando a su público himnos y consignas aptas igualmente para un concierto que para una manifestación. Como el discurso es conocido y la música me aburre, lo contemplé sentadito y con distancia.

Si bien no creo que hubiera ningún tema de teloneros ni teloneados, algunos agradecimos que Berri Txarrak fueran últimos en tocar, aunque yo fui el primer sorprendido dada la veteranía de los guipuzcoanos. El trío salía a escena con «Izena, Izana, Ezina», single de su penúltimo disco, bonito pero que a mí siempre me deja un tanto indiferente. Prosiguió el tema con «Stereo» y sus reivindicaciones referidas directamente al presidente de Navarra. Plausible ejecución de un tema tan basado en un riff, que demuestra lo bien que se han adaptado al formato trío y el esfuerzo que Gorka tiene para cantar y llevar todo el peso de las guitarras.

Poco a poco fueron desgranando temas de sus últimos tres discos, con excepciones de la numetalera «Ikasten» y «Bisai Berriak», canción de la Gazte Topaguna. En este sentido BTX ofrecieron un concierto sobrio y creo que entienden que aunque siguen teniendo cosas que denunciar, son tiempos para ser más sutil y dejar que la música hable por sí sola. Cayeron del celebrado y hardcore «Libre c», «Jaio Nintzen Eguna», una tremenda «Libre» y la thrasera «Espero Zaitzaket» en la que cambiaron el «partido malo del Athletic» por uno del Barça. Es lo que tiene jugar en la catedral. De Eskuak/Ukabilak interpretaron «Zirkua», «Ebidenteegia», la dualidad de «Eskuak» y «Ukabilak» que puso al público a flotar y ese par de himnos que son «Ohiu» y «Biziraun» que tuvieron a todo el público cantando.

El último disco y la pose cada vez más rockera tuvo presencia con «Jaio.Musika.Hil», «Iparra Galdu», la instantánea «Bueltatzen», la pegadiza «Oreka» o «Isiltzen Banaiz» y por supuesto tras los bises un re-arranque con «Zertarako Amestu» y «Berba ta Irudia». Mención especial para el clima de expectación del público (el repertorio es tan grande ya que nadie queda 100% a gusto) que la banda supo aprovechar por ejemplo tocándose unos acordes de «Heart-Shaped Box» que desembocaron en el «Time is Running Out» de Muse. No escogen versiones fáciles ya que las limitaciones de la garganta de Gorka no permitieron hacer una versión muy convincente. Mejor les quedó «Spiders» de System of a Down, reflejando fielmente el carácter épico y emotivo del original.

El final vino por fortuna de la mano de «Denak ez du balio» cuando ya pensaba que se habían olvidado de ella. Una canción que bien puede ser el símbolo de la internacionalización de Berri Txarrak y el abandono definitivo den un geto en el que a muchos les interesa que estén, tanto por un lado como por el otro. En definitiva al trío se le notó más agarrotado que en otras ocasiones más familiares y es que actuar frente a un gran público que no siempre está por ver tu música sino por la propia fiesta, es ardua tarea. Aún así superaron la presión con nota constituyendo sin duda el segundo mejor concierto del año en este recinto tras la apisonadora de Turbonegro. Más de un escéptico salió convencido.

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25 de agosto de 2006