/Crónicas///

Bloc Party – Bilbao (24/11/2007)

Kele Okereke, Matt Tong, Russell Lissack y Gordon Moake
9.0
Santana 27,
Precio: 23 €
Géneros: , ,

Ya cuando Bloc Party lanzaron su debut Silent Alarm y fueron lanzados desde el anonimato a las primeras páginas de las publicaciones musicales ya mostré mi opinión acerca de cuan claramente se imponían a todos sus compañeros de generación «hype». Por eso que Bloc Party sigan en el panorama creciendo es motivo de satisfacción. No hago el comentario por vanagloriarme ya que pensaba que lo iban a tener crudo para mantener el tipo en su segundo disco y pasaron la prueba con nota. Ojo, que aún tienen mucho que demostrar, pero en directo por lo que pudimos ver no es una de sus fisuras. Así que nos ahorramos el pesar de no haber podido presenciar esa noche propuestas locales igualmente interesantes (Cordura, Adrift + Moho…).

En primer lugar mencionar a los teloneros. Metronomy se presentaron en formato trío, aunque se sabe que el cabecilla del proyecto es el músico y productor Joseph Mount, al parecer, un talento emergente en la escena británica. Con ellos nos ocurrió lo de Pedro y el Lobo. Tan acostumbrados como estamos a que los conciertos empiecen tarde sin excepción y viendo que Metronomy estaban anunciados para las 20:30 y encima en sábado, decidí ajustar los tiempos y al final tan sólo pude disfrutar de unos 3 temas que sirvieron para arrepentirme. En contra de lo que saqué en claro de la nota de prensa, su rollo no estaba tan alejado del de Bloc Party. Si, tenían un componente electrónico importante pero bien conjugado con el ruido de las guitarras para hacer un cóctel bailable y divertido al que las coreografías del trío (a oscuras pero con esferas fluorescentes en la camiseta) ponían el punto desenfadado. Vamos, que esperaba algo mucho más frío y cerebral.

La sala Santana fue llenándose hasta limites insospechados según se acercaba la hora de Bloc Party, llenos que pocos artistas registran. Haced la cuenta de que lejos de ser una cita exclusiva, la banda se ha paseado por Madrid y Barcelona en sala, en el Summercase, y en esta misma gira, tenía una fecha en otras tres fechas en Valencia, Salamanca y Barcelona. Y con todos estos datos, se puede hacer uno la idea del tirón de una banda como Bloc Party, con sólo dos discos y sin dedicarse a polémicas extramusicales de las que tanto ayudan en Reino Unido. Pronto nos darían muestras del por qué.

La banda hizo acto de presencia dejando claros los papeles de cada uno. Kele Okereke es el alma de la fiesta, comunicativo, bromista, afable hasta el extremo. En este caso el peso escénico recae en un 90% sobre él. El guitarrista, con su enorme flequillo adopta una pose más bien tímida mientras que el bajista es más bien directamente borde. Mención aparte para Matt Tong el batería, que también animó el cotarro, pese a que su puesto no le permite alcanzar demasiada notoriedad escénica. A tanto llegó el tema que Okereke se confundió de canción y hubo otros problemas técnicos al comienzo del recital pero a todos nos hizo más gracia que otra cosa.

Ya con la apertura típica de «Song For Clay (Dissapear Here)» pudimos ver la animación masiva en la sala. Vamos, que no era uno de esos conciertos a los que la gente va por ir. Un público entregadísimo que recibiría constantes agradecimientos a lo largo de la noche por parte del siempre sonriente Okereke. En la primera parte del concierto sonaron algunas de las más lentas y emotivas del brillante «Silent Alarm» como «Bluest Light» o «Here We Are», aunque el momento álgido de este tipo se alcanzaría con la genial «This Modern Love» que conjuga emotividad y fuerza también en directo.

Ya hacia la mitad se desmelenaron hacia el tecnopop de «Flux», que parecía ser una favorita de la multitud, obra sin duda de la fuerza de Internet. Hay que decir en este punto, sino es para matarme, que obviamente la banda tenía un teclista de apoyo escondido tras los bafles, aunque para este tema el bajista también se pasó a las teclas. Y después siguió el espasmo con «Price of Gasoline». La cosa estaba calentita pero Kele remató la faena cuando ni corto ni perezoso bajó al público en «She’s Hearing Voices», después se subió inesperadamente a la barra y se recorrió encima de ella media sala alzando el puño al grito de «hey, hey, hey, hey» y terminó entrando y sirviendo un katxi de cerveza, todo sin soltar el micro. Era lo que le faltaba al público para estar al 110%.

Aquello iba pareciendo un no parar y había ganas de más de mucho más pero uno repasaba y el Silent Alarm había caído casi entero, mientras que del segundo sólo echábamos de menos un «I Still Remember» que extrañamente no terminó por aparecer. ¿Están ya cansados de su single más pop? También pasaron de «Luno» y la verdad es que no las necesitan cuando encienden al personal de forma inaudita con «Helicopter», «Banquet» o «Like Eating Glass», tres temas de su debut, esto sí, absolutamente imprescindibles. En cambio de los singles de A Weekend in the City la cosa no resulta tan bien, ya que mientras la interpretación de «Prayer» si resulta vigorosa, la de «Hunting For Witches» desmerecer respecto al estudio, al verse obligado Okereke a cantar y cambiar de registro tan rápido.

Finalmente con los bises dieron placer a quienes habían llevado una pancarta pidiéndola y tocaron «Two More Years» (otro signo distintivo de su estatus es que un single no incluido en sus discos sea de sus temas más populares) y finalizaron con la desatada épica pop de «Pioneers». «We will not be the last» y esperemos que este concierto tampoco lo sea.

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24 de noviembre de 2007