/Crónicas///

Fear Factory – Madrid (13/07/2004)

Burton C. Bell, Christian Olde Wolvers, Byron Stroud, Raymon
6.5
Divino Aqualung, Medio Lleno
Precio: 18 €
Géneros: ,

Después de la gira del «Digimortal», había muchas dudas sobre lo que podían dar de sí Fear Factory encima de un escenario, máxime cuando ellos mismos han reconocido que hicieron su actual álbum, «Archetype», por exigencias de guión con su discográfica. El resultado del disco era más que esperanzador y sin duda, será uno de los discos grandes del año en cuanto a metal se refiere. Además se presentaban encima del escenario con Chimaira, que fueron los grandes triunfadores de la gira Roadrunner del año pasado, comiéndose con patatas a Ill Niño y Spineshank, sus compañeros de escenario en aquella ocasión.

Chimaira estuvieron muy bien. El concierto corto, como esperaba, apenas llego a los 40 minutos, a piñón fijo, como son los temas de esta banda, con un sonido muy compacto en el que destaca la batería, con tiempo para malabarismos de cara a la galería, como tirar la baqueta al aire, dar giros y este tipo de cosas, pero sonando peor que el anterior batería de la banda. Puede que sea técnicamente mejor pero a nivel de gustos, me sonó mejor la batería de Andols. Spicuzza (lead guitar) también tuvo sus momentos y Hunter, como siempre solvente en la voz, pero demasiado centrado en el registro de voz gutural. Me sorprende la facilidad que tiene para interpretar, pero le falta algo de potencia. El repertorio y como era de esperar, se centro básicamente en su reciente álbum «Impossibility of Reason». Cerraron con «Power Trip» para dar paso, con un público entregado, pero no tanto como en la anterior gira (quizás porque el equipo de sonido en esta gira fuera peor), a Fear Factory.

Fear Factory salieron demoledores. Se notaron las diferencias técnicas (de sonido) con Chimaira. Pero eso fue solo un espejismo: desde «Slave Labour», con la que abrieron, siguiendo con temas como «Ciberwaste», «Zero Signal» o «Shock» hasta «Edgecrusher» ello fue así. Pero a partir de ahí el concierto decayó en intensidad y se noto entre el publico. A mi personalmente, el concierto me sonó en muchos momentos simplemente a batería con voz, comiéndose totalmente a bajo y guitarra. A parte, Burton tiene un voz muy potente, pero en las partes melódicas falla bastante. Se noto que la voz estaba filtradísima y era mucho más responsable de lo que se oía la mesa de mezclas, que el propio Burton. Disfrute mucho recordando los tiempos del «Soul of a New Machine» con «Martyr», pero el concierto desde «Edgecrusher» se me hizo largo.

Mención a parte, merecen los bises, para mi lamentables. No se puede cerrar un concierto de Fear Factory con dos canciones lentas. Por lo que ha comentado la gente es el propio Burton el que elige el repertorio, lo que explicaría porque el concierto se cerró con «Timelessness» para intentar dejar una buena impresión vocal, pero fue precisamente en esa canción donde más se noto el detalle apuntado de la mesa.

De Burton ya he comentado la impresión que me dio, tremendo en la voz gutural pero perdido con la voz melódica. De Byron al bajo (novedad de la noche) y Christian, tampoco se puede comentar mucho porque el peso lo llevan Raymond y Burton. Los teclados y efectos son prácticamente anecdóticos. La batería como estaba claro, fue lo mejor de la noche, aunque desde mi posición (completamente de frente) sólo pude ver la poco sexy rodilla izquierda de Raymond. Aún así es increíble el sonido que logra sacarle este hombre a su batería. Otro asunto es que visualmente el grupo no llena como pudieron hacerlo antes Chimaira. Todo el peso escénico recae sobre Burton, pero a mi no es un tipo que me cree especial empatía. Christian y Byron permanecieron muy estáticos todo el concierto. Además la iluminación fue bastante mala. La duración, pues la que se estila actualmente, hora y treinta y cinco clavados, con dos paradas y comentarios entre canción y canción de Burton.

Con lo dicho, no quiero dar la impresión de que el concierto fue malo, porque no lo fue para nada, pero era un bolo del que esperaba bastante más y al menos yo, salí algo decepcionado, no del todo porque Herrera más que cumplió, que era el principal atractivo que tenía para mi el asunto. Hay que hacer mención también es que 18 euros es un precio adecuado, teniendo en cuenta los precios que se pagan a hora, para ver a dos grupos de primer de primer nivel. Aún así el Aqualung no registró una entrada espectacular (media entrada – tres cuartos) entre otras cosas, supongo, por que mucha gente andará ya de vacaciones.

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13 de julio de 2004