/Crónicas///

Godspeed You! Black Emperor – Madrid (30/10/2012)

Aidan Girt, Mike Moya, Efrim Menuck, Tim Herzog, Mauro Pezzente, Thierry Amar, Sophie Trudeau, David Bryant
8.5
Teatro Kapital, Lleno
Precio: 25 €

Hope Drone
Mladic
Monheim
Behemoth
The Sad Mafioso

Había costado mucho tener a una de las puntas de lanza del devenir histórico de un género tan abierto como el llamado post-rock, pero en apenas un par de años volvemos a tener a Godspeed You! Black Emperor en suelo madrileño, y no ya sólo como reunión temporal sino con nuevo disco en el mercado tan altura de su legado como es «Allelujah! Don’t Bend! Ascend!». Su pasada visita estuvo lastrada por una sala tan poco querida como La Riviera, así que las dudas con esta segunda visita con la ubicación elegida se hacían palpables desde el minuto uno, pero el Teatro Kapital estuvo muy a la altura en cuanto a visibilidad, sonido y amplitud, aunque el calor fuera realmente duro en la parte baja de la sala. El sonido rugoso que mostró encajó perfectamente con la propuesta de los canadienses, y un escenario tan amplio en altura como el del Teatro nos brindó una visualización de las proyecciones de tamaño gigantesco que hicieron que por momentos se adueñasen de la escena.

Pero antes de adentrarnos en la maraña de sensaciones cambiantes que los de Quebec nos regalaron hay que hablar de la dificultosa labor de teloneros que tuvieron los simpáticos miembros de Dead Rat Orchestra, en formato dúo por un día debido a la paternidad de Robin Alderton. El improvisado dúo nos regaló un concierto de folk experimental donde había mucho violín, panderetas, voces, percusión y un manejo de la escena por parte de Nathaniel Mann realmente interesante. Esto último sobre todo quedó demostrado cuando se dedicó a hablar con perfecto español entre canciones, ya que parece que el susodicho músico es habitual de la escena musical madrileña. Una apuesta muy arriesgada, demasiado calmada quizás para ser teloneros de nadie, pero al mismo tiempo muy interesante.

Con poco tiempo para el cambio aparecieron en escena los actuales ocho miembros de Godspeed You! Black Emperor, saliendo a escena poco a poco según sus instrumentos se iban sumando al eterno sostenido que es «Hope Drone», iniciado por los pedales de David Bryant y el violín de Sophie Trudeau. Igual que comenzaba su show en La Riviera lo hacía este del Teatro Kapital, uniendo esos diez minutos de notas alargadas a una sobrecogedora y arrolladora versión de veinte minutos de «Mladic» (que por aquel entonces permanecía inédita y con el sobrenombre de «Albanian»). Quizás era algo de lo que ya nos habíamos dado cuenta con este reciente «Allelujah! Don’t Bend! Ascend!» pero los GY!BE post-2010 son cada día más atronadores y potentes que calmados y bellos. Aún así apareció «Sleep», centrada sobre todo en «Monheim», como recuerdo a su obra más celebrada «Lift Your Skinny Fists Like Antennas to Heaven!». Definitivamente la cosa pintaba que iba a ser antológica y sin fallos, pero en seguida surgieron las dudas al respecto de esa delgada línea entre la genialidad más absoluta y el aburrimiento de las repeticiones.

«Behemoth» es una pieza de casi tres cuartos de hora que aúna algunos de los momentos de este nuevo disco en versión corta (si, duración corta para ellos pero no para el resto de la música contemporánea), algo que podría sonar a un ejercicio de complacencia para los oídos del público, tratando de tocar momentos que el oyente ya ha disfrutado para comodidad de todos, pero más bien fue al revés. Los pedales se alargaron y los sonidos más drones se instalaron justo a la hora y cuarto de concierto, en un tedioso viaje por las proyecciones más poco conseguidas y repetidas de toda la noche. Suponemos que parte de la gracia de la banda es este tipo de trances auditivos, pero cuando se tiene un repertorio tan abrumador y sensacional para la música contemporánea más vanguardista como el de Godspeed You! Black Emperor el invento pierde muchos enteros y llega a resultar aburrido para los menos devotos. El larguísimo viaje de cuarenta y pico minutos terminó eso sí por todo lo alto con el semi recuerdo a «We Drift Like Worried Fire» y con un final tormentosamente adictivo.

El final del concierto llegaba con un recuerdo precioso a la segunda parte de «F? A? ?», «East Hastings», concretamente a una preciosa y sobrecogedora «The Sad Mafioso» que sacó de golpe al respetable que había permanecido algo hastiado. Diez minutos del mejor crescendo armónico que terminó atronando los oídos con feroz energía eléctrica. Es indudable que presenciar el semicírculo que iniciaba por la izquierda Mike Moya y cerraba por la derecha David Bryant es presenciar algo cercano a la magia. A algo vivo y único, por mucho que no durante todo el minutaje del concierto consiguieran conectar con todos. Por eso Godspeed You! Black Emperor permanecerán a buen seguro entre la memoria colectiva junto a Mogwai, Tortoise y tantos otros alumnos aventajados que seguimos teniendo la suerte de vivir en directo.

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30 de octubre de 2012