/Crónicas///

Nueva Vulcano – Bilbao (22/05/2010)

Artur, Wences y Albert
9.0
Azkena, 3/4 de sala
Precio: 10

Segundo concierto montado por Asinuncamas en el mismo fin de semana. Nueva Vulcano, amplios triunfantes en su previa visita a El Balcón de la Lola con su tercer disco recien editado, parecen tener merecidamente ganado un público fiel en la capital vizcaína. Así lo demostraron de nuevo en Azkena, aunque vamos a hablar primero de los teloneros ya que fue una noche un tanto dispersa en sonidos.

Vague Angels fue el encargado de abrir fuego. Y es que tras este nombre no se esconde una banda sino un sólo individuo, nacido neoyorkino y que ha pertenecido a oscuras aunque prestigiosas formaciones de indie y post-hardcore. Su incoporación al cartel fue una sorpresa desde el principio. Teníamos oido que iba a salir en formato banda con los propios Nueva Vulcano pero finalmente fue un concierto de cantautor en toda regla. Eso si, de pie. Un concierto meramente acústico correcto pero que tampoco llegó al punto emotivo o escalofriante que demando a una propuesta tan desnuda y personal.

Después con Inserta el cambio fue radical. Los locales dieron un concierto repleto de intensidad como acostumbran. Su post-hardcore con el toque gritón aunque emotivo de Interlude o los primeros Standstill puede que peque a la larga de cierta recurrencia fácil al grito y los ritmos nerviosos, pero son un ejemplo de banda que vive el escenario, especialmente cantante y guitarrista en continuo movimiento. Ese toque más rockero que tienen les diferencia para bien y desde luego hicieron las delicias de los más aficionados a los sonidos duros de la noche. Dieron un concierto bastante extenso para ser teloneros y fue tiempo merecido. Poco tienen que ver con Nueva Vulcano pero juntos conformaron un cartel muy vistoso.

Y con Nueva Vulcano la gravedad y la crispación dieron paso a las buenas vibraciones del indie-rock de calidad y las letras en castellano que a merced de lo mucho que se cantó en primeras filas siguen calando cada día más entre la gente. Si la pasada ocasión nos hicieron una presentación de «Los Peces de Colores» al completo esta vez y contra todo pronóstico se dejaron fuera «La Maleza», «Movimiento», «El Arco de Triunfo» y «África». Pero sin embargo y, totalmente al revés de la anterior ocasión, se permitieron el lujo de sacar toda la traca de clásicos de primeras. Así a un tímido comienzo con «Esto no es Paris» le sucedieron «Solamente un fuego», «Las cosas y las casas», «Predominio del sol», «Sagrada Familia», «Mano Izquierda» y hasta «El día de mañana» con tan sólo la intromisión de «Amor Moderno» como tema nuevo en esta primera fase que logicamente calentó a la gente de forma instantanea.

Y es que en un concierto de Nueva Vulcano a día de hoy tenemos dos vertientes. Las canciones antiguas que han penetrado en el público y sus letras madurado con ellos y las más recientes que en tan sólo un año de andadura ya han demostrado ser tremendamente infecciosas. Por su parte el trío muestra una solidez increíble y un sonido arrollador e incluso no sucede nada porque a Artur se le descuelgue el micro, ya que el calor de las gargantas del público le resta cualquier pequeña  incidencia que pudiera tener. De la parte rítmica que contar, totalmente infalible y por si fuera poco con Marc Clos de hombre orquesta (al que sin duda vamos a echar en falta el día que veamos un concierto de la banda sin él) añadiéndole diversión y espectáculo.

Lo dicho, fue ya hacia la mitad de concierto que tomaron la senda del concierto arramplando con «Jen Trok, Logopeda» o «Dulce y Ácida» que fueron tan bien recibidas o incluso a veces que los temas de «Juego Entrópico» y «Los Días Señalados». Sin embargo recuerrieron a un par de temas del ya lejano «Principal Primera» aprovechando el anuncio de la intención de Bcore de reeditarlo en vinilo. Después llegarían a sonar las animadas y bailables «Esa Piedra Preciosa», «Niquel, Canela» o «El Ataque», grandes momentos que sin embargo no llegaron al nivel de gran recibimiento de la ya incluso versionada «Te Debo un Baile». Para el final, el del disco, la muy directa y llena de enfado «La Ley de Costas», que en el clima del concierto no dejó de ser una fiesta a pesar de su muy lamentable temática.

Y en efecto «hasta aquí hemos llegado» porque el horario de la sala no permitió a la banda marcarse unos bises que todo el mundo pedía. En todo caso otra visita triunfal de los barceloneses que nos deja muy buen sabor de boca tanto a público como banda. El propio Artur nos reconocía que es un placer tocar para gente con una sonrisa en la boca desde la primera canción. Y es que en un terreno tan injusto muchas veces como el del rock no podemos sino alegrarnos de que Nueva Vulcano hayan llegado a ser un grupo imprescindible de la escena y sobre todo que unos cuantos seamos conscientes de ello. Y hasta la siguiente.

 

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22 de mayo de 2010