/Crónicas///

Cuando uno va a un festival como Primavera Sound tiene que tener varias cosas claras, siendo una de las más importantes la máxima «Por mucho planning que te hagas, no podrás ver todo lo que quieres ver». Otra máxima, es que a pesar de que llevas tiempo diciendo que lo harás, no estarás a primera hora… Eso mismo paso el segundo día de festival (fiestas de pre-festival aparte), ya que un servidor tuvo que renunciar a cosas que probablemente nunca mas tenga tan a huevo como Portastatic y Billy Bragg o casos algo menos duros como el de los madrileños Ginferno.

| EL SALÓN PRIMAVERAL DE MYSPACE |

Así que, a eso de las 18:30, fruto del cansancio del día anterior y de que un servidor había elegido ya ver a Modest Mouse en vez de a Maxïmo Park tuvo la obligación de acercarse al stand de MySpace y la merienda montada. Dicho almuerzo (si, hubo bollitos) fue amenizado por los propios Maxïmo Park y por sus compis de sello Grizzly Bear. El improvisado salón de los chicos de MySpace fue otro de los puntos agraciados del festival, pues no es muy habitual tener a uno de los cabezas de cartel de ese día rodeado de apenas unos cuantos agraciados (agraciados por haberse enterado). Primero como decimos, Grizzly Bear se encargó primero de abrir el asunto. Y lo abrieron de golpe, pues con apenas un par de temas se fueron por donde vinieron sin darnos demasiada opción…

Maxïmo Park (Paul, cantante, y el guitarrista Duncan, mejor dicho) salieron enseguida e interpretaron no muchas mas canciones. El señor Paul, bajo zamarra de Leonard Cohen, pareció bastante entusiasmado con la idea y la verdad que puso toda la carne en el asador, dejándonos un «Book From Boxes» o un «Kiss You Better» con una espontaneidad bastante agradecida, y sobre todo una impresionante «By The Monument» resonando en la cabeza durante un rato largo… Gente maja y nada creída, como pueden parecer.

En el escenario Estrella Damm estaban ya The Rakes para cuando los chicos de Maxïmo Park se largaron y por lo que vimos siguen en sus trece. Como en sus conciertos de teloneros de Franz Ferdinand siguen debiendo mucho a los bailecitos de su cantante y a un directo divertido y bailón, pero a decir verdad tienen muy poco nuevo que decir. En cualquier caso, terminaron siendo hasta más divertidos que otros muchos…

| PELO ROJO, EXCESIVAMENTE FRÍO |

Después la visita obligada al escenario Rockdelux, en el que Blonde Redhead tenían la difícil tarea de llevar al directo un disco tan complejo como «23». Y la verdad que les costó mucho sacarlo adelante, eligiendo desde el principio un set list algo cojo, sobre todo en cuanto al orden de las canciones. Primero muchos temas de «23», que será por debilidad propia, pero que me parecieron un regalo para los oídos: «Dr. Strangeluv» primero para abrir boca, una aguerrida «Spring and By Summer Fall» después, una versión realmente buena de Kazu Makino de «23» y una intimista «Publisher» que comenzó a demostrarnos un exceso de frialdad a la hora de interpretar las canciones, probablemente debido a que no es un disco fácil. De hecho, cuando sonaron canciones más simples (con Kazu al piano) como «SW» la cosa era bien distinta, o claro, cuando «Equally Damage» se fundió con «In Particular» entre los muchos aplausos. Lo del orden del set list como decíamos también venía por el hecho de sonar seguidas «In Particular», «Falling Man» o la exquisita «Equus». Vamos, que tocarse el «23» casi del tirón (mira que dejarse «Silently») para luego arrancarse con temas de siempre nunca es buena idea, y menos si juegas con el handicap de presentar un disco difícil en directo. Definitivamente, la cosa ganaría sobremanera si permitieran Kazu y los gemelos Pace que hubiera un cuarto redhead en los directos.

Tras ellos, la cita estaba en el escenario ATP para poder ver acabar al cuarteto de Georgia, The Black Lips. Desde el primer momento quedo demostrado, como suponíamos, que la técnica del grupo brilla por su ausencia, pero que tienen otras virtudes en esa especie de revival de punk británico con olor a surf, a garaje y a hippie. En esos 20 minutos, hasta la actuación de Spiritualized (acoustic mainlines) marcado con una x en los horarios, pudimos gozar de lo mejorcito de su repertorio: de la parte garaje y punk anticuado tuvimos mas que suficiente con «Dirty Hands» y «Stranger» mientras que de su vena surfera sonaron muy vibrantes «Sea Of Blasphemy» o «Not A Problem». En definitiva, una banda que probablemente se nos haría algo cansada y aburrida con una actuación larga, en media hora nos supo a verdadera gloria.

| ¡DIOS BENDIGA EL AUDITORI! |

En ese momento, la cuestión era mayúscula: ¿Band Of Horses?, ¡No! Están Beirut tocando en otro escenario… Pero claro, resulta que el escenario que podríamos denominar como joyita del festival tenía que hacer aparición. Y es que de una de las cosas que debe presumir un festival como Primavera Sound es de poder contar con el maravilloso Auditori, justo en el mismo recinto del Forum. Es de aplaudir además por que propuestas como la de Spiritualized (acoustic mainlines) merecen ser vistas allí y no de pie frente a un escenario desangelado y lleno de vigas. Entre que uno entraba y tal no dio tiempo a verlo comenzar, pero la delicadeza de Jason Pierce a la acústica y sobre todo unos compañeros de lujo a los teclados, cuarteto de cuerda y coro gospel nos dieron la bienvenida como buenos anfitriones. No negamos que tuvo momentos algo mas «normalitos», pero de entre todos los momentos es imposible no emocionarse con el combo «Sound Of Confussion» de Spaceman 3 mezclado con «Walking With Jesus» de Spiritualized, la nueva «Set My Soul On Fire» o el final mágico que nos brindó con «Anything More» desencadenado en «Ladies And Gentlemen We Are Floating In Space» que a su vez desembocó en «I Can’t Help Falling In Love (With You)» de Elvis. Pero si con ese final orgásmico no tuvimos bastante, al final tuvimos hasta un bis sorprendente con una «Oh Happy Day» que me termino haciendo olvidar que me estaba perdiendo la actuación de Beirut por completo… Al final, elección perfectísima.

Lo malo de tener un concierto tan especial como el de Spiritualized en acústico y en un sitio tan óptimo como el Auditori, es que con que cara vuelve uno a seguir con el festival. Elegidos Maxïmo Park hasta el inicio de Modest Mouse en el ATP no mejoramos el asunto: a los chicos se les da bien el directo, tienen buenas canciones, pero en apenas quince minutos salí por patas de allí. Lo de ir de cabezas de cartel, se les queda muy grande aún…

| MUY RATONES, PERO DE MODESTOS NADA |

Si habían pasado dos de las actuaciones mas esperadas de todo el festival por un servidor ese mismo día, quedaban dos. Como quedaba mucho para ver al gran Kid Koala a los platos, es obvio que hablamos de Modest Mouse. Bien, pues se marcaron uno de los mejores conciertos del festival sin defraudarnos a los que abarrotamos el ATP. Ni un sonido que flojeaba bastante permitió que pudiéramos ponerle pegas ni al nuevo miembro de la banda, el mítico ex-Smiths Johnny Marr, ni al gran personaje que es Isaac Brock (Mucho mas comedido de lo esperado), ni al resto de la banda (Sobre todo Tom Peloso pletórico a los teclados y a la trompeta) corrigiendo los vicios de Isaac y de Johnny. Y es que lo de estos dos en directo es de traca, pero si no fuera por que el resto de la banda mantuvo el ritmo a la cosa (con batería y percusionista de kit completo de por medio) habría deslucido mucho. La peculiar voz de Isaac para colmo en directo suena exactamente igual en temas con peso vocal como los nuevos «March Into The Sea», «Fire It Up» o «Education». Por otro lado, esos temas nuevos parecen no tener demasiado sentido de no ser por todo lo que aporta el señor Marr ahora mismo a Modest Mouse. Era inevitable convencerse de que sin Marr no se podrían mantener de esa manera otros tantos temas nuevos como los hit en potencia «Dashboard», «Florida» o «We’ve Got Everything», al igual que «Fly Trapped in a Jar» no tiene por donde cogerse si no es por Peloso. Aunque, la verdad que personalmente uno se queda con la gozada de poder bailar de una vez por todas «Float On» y «The View», así como de pegarse el lujazo de disfrutar de «Doin’ The Cockroach» y «Bukowski» (Con Isaac al banjo) en directo. Si hubieran estado en el escenario de Maxïmo Park, los habrían sacado a hombros.

Ya de madrugada, Girls Against Boys tenían la difícil tarea de siquiera llegar a ponerse a la altura de lo del Auditori y ATP, y la verdad que no lo consiguieron. La verdad que los adoro y hay pocas bandas que puedan presumir de vivir de un repertorio como el de estos chicos: «Kill The Sexplayer», «In Like Flynn», «Disco 666», «Bullet Proof»… Pero cuando llevas demasiado tiempo girando con el mismo repertorio, corres el riesgo de quedar como una especie de autoparodia. Con todo y con eso, estaremos siempre que se pueda delante del escenario para ver si consiguen salir del estancamiento.

Mientras Los Planetas hacían acto de presencia en el Estrella Damm, decidí dar una vuelta a ver a DJ Yoda. Hacía unas horas llegó a mis oídos el rumor de que a las 3:30 Battles iba a tocar en el Rockdelux, adelantando así su actuación un día y con cambio de escenario incluido. La cosa parecía rara, así que tras tres bailoteos divertidos, hubo que ir a informarse. Según el chico de la caseta de información Battles sustituían a Hot Chip y además daba el bombazo de que Klaxons no tocaban al día siguiente para ir cerrando el festival. Bien, si antes Battles coincidían con Sonic Youth ahora me los juntan con Kid Koala

| MOMENTOS DE FIESTA Y BAILE |

Para irse calmando, nada mejor que ver a uno de los hypes del momento: los brasileños Bonde Do Rolé. Si en disco (mas que en disco, mejor en pequeñas dosis: singles, eps o su propio MySpace) la cosa era bastante divertida, en directo la cosa podía mejorar, aunque peligraba un poco por tener que aumentar la duración del show tras la caída de Spank Rock del cartel. Bien, pues los mal comparados con CSS, dieron una lección de diversión que me río yo de los puretas. Caña y mas caña burra, con las bases marca de la casa (robos a Diplo y M.I.A. por doquier) desde la inicial «Dança Do Zumbi», que interpretaron disfrazados de momias, pasando por algunos de sus mejores temas: fiesta de guitarras en «Melo Do Tabaco» o en el sencillo «Solta O Frango», «Jabuticaba» con su sampler de Grease incluido o la suave «Quero Te Amar». Dos cantantes gritones dándolo todo en escena y un DJ que mas que nada se dedicaba a danzar por el escenario. El resultado no es otro que gente bailando encima del escenario (algunos miembros de Grizzly Bear, por ejemplo) y por supuesto debajo. Con directos así, uno se debe autodeclarar seguidor de estos brasileños de ropajes raros, sean o no un hype.

Sin dejar terminar el concierto tocaba emigrar al Rockdelux a ver a otro de los mas esperados: Battles. Según uno se acercaba al escenario se quedaba enrarecido con que el montaje de la banda no era el habitual de Battles. Muchos teclados, pero para colmo ¡No estaba la batería de John Stanier! Total, al final resulta que la organización malinformo y lió la cosa y realmente Battles sustituirían el siguiente día a Klaxons, que no tocaban fijo. Esto consiguió que me perdiera el inicio de Kid Koala y que tuviera que salir huyendo del concierto de los Battles de palo, Hot Chip.

Kid Koala se puede decir que arraso mucho mas de lo esperado. Miedo me daba pensar que un artista mas técnico como el iba a tener que sufrir el síndrome post-Yoda y post-Bonde Do Rolé, de gente en busca de bastante mas marcha de la que Kid Koala en principio podría dar. Pero tras un inicio algo calmadete y mas basado en los scratches, el canadiense se sacó de la manga una sesión adrenalínica. Nada de mezclar jazz y voces, nada de sonido puramente Kid Koala y poco de Peeping Tom o Lovage. Lo que el DJ favorito de tu madre se lió a hacer paso por mezclar G-Love & Special Sauce o Cornershop con breakbeat o triphop, así como tirar de Slayer o Rage Against The Machine pasados por el filtro industrialoide. Por supuesto, entre tanto el hacía scratches a tres manos y hasta nos ofreció un momento íntimo con su ya clásica mezcla de «Moon River» de Mancini. Mejor de lo que podía esperarse uno, si cabe.

Esta vez salíamos del Parc del Forum (renunciando a Diplo) con destino Plaza Catalunya con un cansancio mejor llevado. Aunque afortunadamente para ese momento, teníamos el metro de Barcelona a punto de abrir. ¡Esto es vida!

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1 de junio de 2007