/Crónicas///

Primavera Sound – Barcelona (25/05/2011)

8.4
Plaza Mayor del Poble Espanyol, Lleno
Precio: varios precios

El Primavera Sound de Barcelona siempre ha sabido nutrirse de un alto grado de romanticismo, el mismo que hizo que para esta edición 2011 el festival retornase a sus inicios – para la jornada previa del miércoles y de cierre el domingo –  en el precioso pero ajustado aforo del Poble Espanyol. En la práctica fue un cambio insuficiente que dejó en las puertas a mucho público con ganas de ver a Echo & The Bunnymen y Caribou, pero al fin y al cabo se había avisado de lo limitado del aforo.

 

COMIENZO EXPERIMENTAL Y SEGUIMIENTO INDIE

El de las japonesas Nisennenmondai fue, oficialmente, el primer concierto ‘grande’ de esta edición, ya que si bien ya se habían celebrado Primavera als Clubs y otros actos previos y de presentación, el suyo fue el primero sobre un escenario de buen tamaño al aire libre y con gran aforo. Comenzaron ante un público algo perdido que aún seguía accediendo al lugar y que se encontró de bruces con su experimental propuesta, pero poco a poco sus ritmos precisos y altamente rítmicos fueron calando en el personal y al poco ya tenían a todos hipnotizados ante sus repetitivas progresiones electro-noise que las acercaba al mejor kraut-rock. Una manera valiente y sugestiva de comenzar. (Yuri)

El trío de Costa Rica Las Robertas intentó convencer en su concierto del Poble Espanyol, y en los otros tres más que terminó dando en el Parc del Fórum, de que lo suyo no es una moda accidental en tiempos del «tu también puedes tener un grupo». Se las considera algo así como las Vivian Girls latinas o las Aias costariquenses y así se mostraron con el zurrón repleto de guitarras ruidosas, con una voz ocultada todo lo posible entre el amasijo de ruido y en definitiva una propuesta tan correcta como vulgar en estos días. No creo que su fuerte vaya a ser el directo precisamente. (Ricardo)

La verdad es que se notó que, tras casi veinte años de existencia, y aunque no son demasiado conocidos y nunca han pasado de poseer cierto culto, los Comet Gain de David Feck son unos veteranos que tienen muchas tablas detrás en el elegante concierto de indie pop de la vieja escuela británica que ofrecieron. Su profesionalidad se impuso y, a pesar de ciertos problemas de sonido en cuanto a la potencia del bajo (demasiado presente) y de la voz femenina (demasiado alta), lograron convencer a todo el mundo con canciones que deberían haber sido hits en su día como “Love Without Lies” o, sobre todo, “You Can Hide Your Love Forever”. (Yuri)

 

LOS COCODRILOS Y EL CIELO DE IAN MCCULLOCH

Justo cuando se cernía el crepúsculo, la hora adecuada para ellos, aparecieron Echo & The Bunnymen como primer plato fuerte del festival. Para entonces, el Poble ya estaba totalmente abarrotado para atender a aquella lección de genuino post-punk en su más pura esencia, ya que venían revisando sendas obras maestras: su debut «Crocodiles» y su continuación «Heaven Up Here». Ian McCulloch, que se presentó como siempre, con su inseparable chubasquero, pelo revuelto y gafas de sol, y un robusto pero incombustible Will Sergeant eran los únicos testigos de aquellos años que permanecen en la formación, pero fue comenzar «Going Up» y aseveramos que la magia estaba en su mayor parte intacta. Impresión que no desapareció conforme fueron pasando los temas de aquel disco; situados a más de treinta años en el pasado pero que suenan la mar de actuales gracias al aún persistente revival del género, aunque quizá haya que hablar ya de atemporalidad.

Y es que poco se le puede objetar a piezas del calibre de “Stars Are Stars”, la totémica “Rescue”, “Villiers Terrace”, “Pictures on My Wall” y “All That Jazz”; interpretadas por un Ian que conserva una voz envidiable y una banda que supo mantener el equilibrio entre oscuridad melódica y distorsión punk. Con sólo estas diez canciones ya hubiera sido un concierto para recordar, pero ya de noche, el psicodélico arranque de «Show of Strength» avisó que comenzaba el segundo asalto. La melodía y los largos desarrollos se hicieron entonces más presentes en detrimento de la inmediatez y la concreción, aunque no perdieron en ningún momento la intensidad emocional. Así, temas como “A Promise” o “All My Colours” sonaron realmente escalofriantes en el Poble y en plena oscuridad. Tras hora y media de concierto ininterrumpido, hicieron un necesario corte para, seguidamente, terminar con los dos últimos temas del álbum y, además, regalarnos una “Lips Like Sugar”. No cayó “The Killing Moon”, cosa de la que muchos se quejaron; los que no quisieron ver que había asistido a casi ciento veinte minutos de parte de la mejor música británica de las últimas tres décadas. (Yuri)

 

ELECTRÓNICA DE VERDAD

Algunos ya habíamos podido dar cuenta de como se las gasta en directo Daniel Victor Snaith aka Caribou cuando nos visitó en Madrid, Barcelona y Bilbao pero al resto le sorprendió tanto que lo ha encumbrado como uno de los grandes conciertos del festival, ya sea a su paso por el Poble o por el Fórum. Sus conciertos son tan orgánicos y tangibles, a pesar de ese punto ambiental-electrónico de su propuesta, que se hizo muy fácil que todos se subieran a su tren. Con “Odessa” o “Sun”,  directamente su tren nos pasó por encimae ante los bailes del repleto Poble Espanyol. Entre sus mayores virtudes queda una sencillez en la ejecución de un sonido aparentemente tan complejo que pasan por un batería sensacional y por un Snaith muy carismático. Un valor seguro por lo que hemos visto. (Ricardo)

Contenido relacionado

25 de mayo de 2011