/Crónicas///

Rock In Rio – Arganda del Rey (Madrid) (07/07/2012)

7.1
Ciudad del Rock, 60.000 aprox.
Precio: 70 €

SETLIST RED HOT CHILI PEPPERS
Monarchy of Roses
Around the World
Snow (Hey Oh)
Can’t Stop
Californication
Look Around
Hard to Concentrate
Parallel Universe
The Adventures of Rain Dance Maggie
Right on Time
Throw Away Your Television
Factory of Faith
Under the Bridge
By the Way

BIS
Chad y Mauro Jam
Suck My Kiss
Ethiopia
Give It Away

SETLIST INCUBUS
Privilege
Megalomaniac
Adolescents
Pardon Me
Made For TV Movie
Circles
Are You In?
A Kiss to Send Us Off
In the Company of Wolves
Drive
Anna Molly
Talk Shows on Mute
Love Hurts
Nice to Know You
Sick Sad Little World

No ha sido hasta la jornada final de Rock in Rio en la que el mismo rock se ha vuelto a adueñar de ese recinto y festival nombrado en su honor. La llamada Ciudad del Rock de Arganda del Rey ha visto de perfil pasar algún artista guitarrero, o siquiera cercano a una calidad musical digna (quizás sólo salvaríamos a Lenny Kravitz, o a Rihanna de no haber cancelado) para un evento que se supone es el más grande del mundo. Este año se han mantenido los precios pero las propuestas musicales no han estado a la altura ni en cantidad ni en calidad: 70 euros por tres grupos y unos cuantos dj’s no está muy en la onda de lo que se ve en el panorama musical actual.

Aún así las 55.000 personas que acudieron a la cita del sábado 7 de julio, capitaneada por los bigotes de Anthony Kiedis de Red Hot Chili Peppers, Brandon Boyd de Incubus y Eugene de Gogol Bordello, nos dejan una cifra que demuestra que aún en periodo de crisis (la económica del público y la artística de una banda principal que no está en su mejor momento) hay tiempo para la diversión y para disfrutar de unos cuantos decibelios.

La cita la abrieron Gogol Bordello como mejor saben hacer, divirtiendo a todos. Es cierto que siguen consiguiendo muy bien lo que se proponen con esa mezcla de punk rock, ska y todo el gitaneo rumano marca de la casa, pero el hecho de que lleven ya demasiado tiempo girando con el mismo material nos hizo el concierto algo monótono. Suponemos que el que se enfrentara a su primer concierto de la banda le sorprendiera como  a nosotros el primer día, pero entre que ha ganado peso un percusionista suramericano algo molesto con tanto grito y que el componente sorpresa del dúo de bailarinas asiáticas se ha marchado de la banda, la cosa quedó algo empobrecida. Seguimos disfrutando como no podía ser de otra manera de piezas tan redondas para la fiesta como «Sally», «Not A Crime», «My Companjera», «Pala Tute» o «Start Wearing Purple», ideal para animar al público a mover el trasero.

El concierto de Incubus venía marcado por ser el primero en Madrid desde aquel incomodo concierto en Festimad 2005, justo después del apocalipsis con el corte de actuaciones. En aquella ocasión los de Brandon Boyd tuvieron que lidiar con un momento más que tenso, con la gente muy cabreada y aún así aguantaron el tipo durante casi una hora. Desde entonces mucho ha cambiado todo: el interés del público por sus venideros trabajos ha ido cuesta abajo y, por otro lado, el de la calidad de los trabajos también. Aún así hay que reconocer que el combo californiano salió a escena cómo la banda que siempre han sido en vivo, una que derrocha magnetismo y un buen puñado de canciones redondas. No vamos a hablar demasiado de los temas nuevos, sobre todo porque es justo reconocer que el repaso de su cancionero fue bastante acertado (aparte de que no hubo recuerdo a sus inicios funk, como ya suele pasar): sobre todo mucho «A Crow Left to the Murder» (la esperada «Megalomaniac» en los primeros momentos del concierto y unas sorprendentes «Made for TV Movie», «Talk Shows on Mute» y «Sick Sad Little World» para cerrar) y un buen trío de temas de sus dos mejores discos. Para «Make Yourself» reservaron el honor de abrir con «Privilege» (tras una especie de versión calmada del «War Pigs» de Black Sabbath) y de los dos momentos karaoke con «Pardon Me» y «Drive». El caso del soleado «Morning View» contó con otros tantos coros vitalistas en «Circles» y «Nice To Know You», así como un groove juguetón en «Are you In?» que dio aliento al concierto en la mitad del show.

No exageramos si decímos que vimos a la banda en una forma pletórica, desde la voz impoluta de un Brandon Boyd convertido en hipster hasta la sección rítmica siempre comandada por el técnico José Pasillas. El caso Mike Einziger a la guitarra fue algo distinto, porque permaneció oculto entre la maraña de sonido con poca nitidez, así como en las pantallas que no llegaron a enfocarle la cara en ningún momento del concierto. Podemos decir sin temor a equivocarnos que fueron la actuación de la noche, y por extensión de todo el festival, y que nos sorprendió mucho a la mayoría de los asistentes: a los que nos han gustado y a los que no. Que vuelvan cuando quieran.

El de Red Hot Chili Peppers volvió a ser otro concierto «quiero y no puedo» de los de Los Ángeles. Y van ya muchos. El caso que su reciente paso por el Palacio de los Deportes de Madrid nos dejó muy buen sabor de boca (dentro de los últimos pasos por España), a pesar de la constante muestra de ego de su cantante Anthony Kiedis. Allí funcionaron como siempre Flea y Chad, con la unión de un Josh Klinghoffer muy valiente y activo durante todo el concierto. Por si eso fuera poco nos regalaron un setlist mucho más condescendiente con los seguidores de siempre, sobre todo con «Higher Ground» y «Breaking The Girl». ¿El caso de Rock In Rio? Pues muy distinto.

La cosa comenzó bien con el «Monarchy of Roses» que abre su disco y con un Anthony mucho más participativo que a finales de año (el que esté leyendo esto como asistente a Rock in Rio y no al concierto anteriormente mencionada del Palacio de los Deportes no entenderá mucho a que me refiero, pero así es). Sonaron impecablemente y a un ritmo brutal «Around The World», una inusualmente celebrada «Snow (Hey Oh)», una infaliblemente divertida «Can’t Stop», una preciosa «Californication» y hasta un tema nuevo como «Look Around» sonando muy bien (y con regalo incluído de la mano de Josh recordando el clásico «Stone Cold Bush» de la banda). Hasta aquí todo sobre ruedas, concierto mucho más de estadio pero al mismo tiempo bastante más enérgico y con ganas de contentar, pero comenzaron a aparecer los fantasmas del pasado en forma de canciones que nunca deberían formar parte de un repertorio de una banda así de grande («Hard to Concentrate» y «Throw Away Your Television» jamás deberían estar ahí), versiones descafeinadas y desganadas de temas tan grandes como «Parallel Universe» o «Right on Time» y apenas un par de destellos destacables (en alguna jam dónde Flea manda y una «Under The Bridge» que funciona ya por si sola).

Se nos había ido agotando el tiempo y confiábamos en que el habitual guiño a «Blood Sugar Sex Magik» que están dejando para los bises salvase del aburrimiento el concierto y en cierto modo así fue cuando sonó «Suck My Kiss», pero todo fue un espejismo cerrado por una aburrida «Ethiopia» unida a una de las más flojas «Give it Away» de la historia. Si además tienes la (mala) suerte de leer que en el setlist original estaba «Higher Ground» y «Blood Sugar Sex Magik», sólo cabe tirarse durante un rato de los pelos y pensar que aunque queramos a Flea y a Chad, lo de Red Hot Chili Peppers es una montaña rusa de sensaciones que llevan ya diez años sin saber corregir.

 

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7 de julio de 2012