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Beach House – Bloom

Beach House - Bloom portada
Sub Pop, 2012
Productor: Beach House, Chris Coady
Banda: Victoria Legrand, Alex Scally

Géneros: , ,

9.2

Es justo cuando uno pasa más tiempo pensando en la decadencia del pop actual, que suele coincidir en época veraniega al observar con atención la clase media y baja, e incluso algunos cabezas, de muchos festivales masivos veraniegos patrios y extranjeros, teóricamente crisol de muestra de lo que se cuece en el panorama, cuando una eventual luz refulgente en forma de disco nos hace recobrar la ilusión. Sucede cada cierto tiempo, cada vez más diría yo, pero por suerte sigue pasando. Esta vez ha caído en forma del cuarto álbum de esta pareja de Baltimore, Beach House.

A pocos ha sorprendido, ya que eran una de esas promesas con un pie puesto en la consolidación y era de lógica que volviesen a alcanzar la excelencia. Victoria Legrand y Alex Scally engarzan un nuevo y flamante engranaje a la maltratada y oxidada rueda del pop, como ya hicieran con su disco de hace un par de temporadas, “Teen Dream”; soberbio trabajo de pop atmosférico pero mundanal, con el que reivindicaban el sentimiento puro y la artesanía, reconvertida en arte quizá sin ellos quererlo, a la hora de crear la canción perfecta.

La cuestión es que yo diría que con este “Bloom” incluso se han superado. Supongo que a muchos, como a mí, escuchar “Myth” por primera vez por internet o radio supuso toda una experiencia auditiva. Ese ritmo sincopado, esas atmósferas sintéticas, la maravillosa voz de Victoria, el clímax final… todo ya oído en su anterior trabajo, sí, pero mejorado de alguna manera. “Myth” es, por tanto, ya una de las mejores canciones de las últimas décadas, claro está. Y la mitad de temas del disco están a su nivel, y la otra se sitúa en el notable alto como mínimo.

También hay lugar para una cierta evolución. “Bloom” suena en general menos cercano y somnoliento, y es quizá más compacto y onírico. Puede decirse que los fantasmas de Cocteau Twins o Mazzy Star, que los han sobrevolado desde sus comienzos, ahora se hacen aún más presentes, aunque sólo como referencia y nunca como objeto de copia. Aún así, es evidente su inclusión triunfal en el libro de estilo del dream pop, con el enorme single “Lazuli” y la estremecedora “New Year”; temas canónicos por su propia perfección que supondrán, si no suponen ya, inevitable influencia para músicas futuras.

Pero a pesar de la tensión (existencial y emocional) e irrealidad que puedan transmitir los mencionados o la ‘salvaje’ a su manera “Wild”, Alex y Victoria siguen teniendo un pie en la playa y no han pasado a hablar de ángeles y la belleza del paraíso. La fidelidad y los anhelos humanos siguen siendo el motor de sus textos, y en cuanto a la música sigue habiendo sitio para atmósferas más terrenales en otras piezas superlativas como “Other People”, la risueña “Wishes” u otra cima dentro de una obra plagada de altas cumbres, “The Hours”; que transmiten esa sensación de tiempo detenido hacia finales de verano y principios de otoño, que se extiende hacia la eternidad con los compases finales de “Irene”. Todo un estado de la mente, vamos.

“Bloom” es una obra maestra, dicho con toda propiedad en tiempos en los que tal término suele aflorar con demasiada facilidad, quizá por la frustración de que no aparezcan demasiadas. Sus diez canciones tocan la fibra al oyente continuamente durante la escucha, alcanzando momentos de belleza tales que a veces toca preguntarse cómo no se compusieron durante épocas más doradas que la actual. Misterios de la música, de esos que te impulsan a seguir escuchando disco tras disco en busca de la siguiente joya. Esperemos que no tarde demasiado en aparecer.

 

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1 de enero de 2012