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Built To Spill – You In Reverse

Built To Spill - You In Reverse portada
Warner, 2006
Productor: Built To Spill
Banda: Doug Martsch, Scott Plouf, Jim Roth, Brett Nelson

Géneros:

8.8

No todas las bandas despuntan en sus primeros discos sólo para después apagarse lentamente como algunos piensan o quieren hacer pensar. Pero es algo que se dice y se dirá también de Built To Spill. Ahora que han alcanzado cierta notoriedad con este «You In Reverse» alguno tratará de invalidar este retorno rompedor con la coartada de que lo bueno fueron sus inicios. Engañifas de crítico que siempre intenta estar dos pasos por delante de los demás.

Lo cierto es que, tras un dilatado parón, los de Idaho han conseguido crear un disco guitarrero y vibrante con hueco para la sensibilidad y que reconcilia el indie-rock 80-90s con géneros tan dispares como el folk, el emo, o el hard-rock con todas lo que conlleva (psicodelia, solos, momentos épicos…). Y todo en una perfecta conjunción de cortes de simple estructura pop con desarrollos más largos e instrumentales.

Aunque las propias canciones se mueven en terrenos movedizos y oscilantes, la cosa se podría dividir en rock, indie oscuro y psicodelia pop.

Entre las primeras podemos situar la arriesgada apertura de casi 9 minutos de «Goin’ Against Your Mind» que recuerda irremediablemente a Pixies, galopante indie-rock con guiños al hardcore y el western que introduce al oyente en su plácida tensión. El otro gran ejemplo es «Conventional Wisdom», guitarras escurridizas que juegan a emular a Dinosaur Jr. de nuevo pasando por diferentes estadios de devaneo alejados de su apariencia inicial.
El indie oscuro viene de mano temas que cruzan el pesimismo de los antiguos R.E.M. con la perfección melódica a lo Death Cab For Cutie. Un buen ejemplo es la melancólica y arrebatadora «Traces» o la más animada «Liar» con un delicioso toque campestre que invita a mover cabeza y pies. El momento más emo es «Saturday», con sus lentitud campanilleante.

Un puente entre esta faceta y la más grave y rockera es «Gone», mientras que algo más incómoda y arrastrada es «Wherever You Go». Pero para acidez la de «Mess With Time», que transporta el indie a los terrenos del stoner, con estructuras rocosas y oscuridad cavernosa. Ambicioso, cuanto menos.

Pero tampoco olvidan la candidez en temas de como la apacible «Gone» o la ensoñadora «Just a Habit» con sus largos desarrollos de guitarras lisérgicas al más puro estilo setentero. En ese punto de psicodelia flotante pero más sencilla, se despiden con «The Wait». Todo esto es lo que sucede cuando logras trascender tu propio estilo.

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1 de enero de 2006