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Jeff The Brotherhood – Hypnotic Nights

Jeff The Brotherhood - Hypnotic Nights portada
Warner Bros, 2012
Productor: Dan Auerbach
Banda: Jake Orral, Jamin Orrall

Géneros: , , , , , ,

8.2

JEFF The Brotherhood tiran la casa por la ventana. A su fresca mezcla de rock 70s y 90s la gente le sacaba hasta ahora la influencia de Weezer con relativa frecuencia. Lejos de amedrentarse y buscar su camino en otros parajes para evitar comparaciones, casi parece que han sido atraídos mágicamente por la opinión de la crítica hacia la música de Rivers Cuomo. En fin, el dúo tiene ya el suficiente carisma para no ser tratado de clon, pero digamos para bien que «Hypnotic Nights» es un disco muy recomendado para los amantes de Weezer, especialmente si nos atenemos a los discos azul y verde.

Con la tremenda «Sixpack», una de las canciones más enfermizamente pegadizas de la temporada, ya nos asombró el fenómeno. Distorsión, azúcar a cucharadas soperas, coros que se erigen en estribillo e incluso voces impostadas ‘a la Cuomo’ que nos hacen pensar en «Buddy Holly». Pero es que esta suerte de rock alternativo dulzón y guitarreo hard-rock estará presente a lo largo del disco con números tan notables como «Mystic Portal II», la casi grungera «Leave Me Out» o la oscura «Dark Energy». Bien es cierto que se trata de temas que aportan poco, son homenajes muy convincentes a la música que les gusta y precisamente eso hace al grupo tan encantador.

Cuando abrazan un poco más la velocidad nos recuerdan a los Ramones y también un poco al malogrado Jay Reatard. Así ocurre en «Hypnotic Mind» y «Staring at The Wall», esta última mostrando su total falta de pretensiones al jugar de una manera casi ridícula con el efecto «wah-wah». Pero ante todo, olvidando influencias, lo importante es que JEFF The Brotherhood nos regalan un disco de esos para sentirse bien y mandar a la mierda cualquier problema, un espíritu juvenil de libertad naif muy bien manifestado en pequeñas joyas de punk-pop retumbón como «Wood Ox» con leve espíritu kraut. La juventud está presente en todo el disco, incluso en rimas de la candidez de «can’t wait till I’m 29, what if I run out of time» de la apertura «Country Life».

Pocas canciones se salen de la tónica optimista («Hypnotic Winter» es felicidad en estado puro) e inmediata que recorre estas noches de los hermanos. La más desafortunada (y también la más nocturna y psicodélica) es la versión de Black Sabbath que cierra el disco, con ecos de soul psicotrópico que huelen a relleno. Mejor resulta la resonancia folk de «Region of Fire» con ese «roll» de batería y esos saxos finales. Sobre todo teniendo en cuenta su formación guitarra-batería, se nos antoja en esta mayor complejidad rock que la mano de Dan Auerbach (Black Keys) podría haber sido determinante. Y es una suerte haberse topado con alguien así sobre todo ahora que han dado el salto multinacional, porque desde luego siguen entregando lo que básicamente es un disco de punk-rock melódico sin concesiones más allá del pasárselo bien.

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1 de enero de 2012