Cuando un artista traspasa la frontera del lanzamiento al año comienzan a despertarse suspicacias. En este caso más aún, al ser un género el que practica Jesu, tan dado a la derivación sónica que a veces parece incluso demasiado fácil.
Jesu apareció en 2005 como nueva encarnación de un autor de culto en la música extrema que tiende puentes entre metal y electrónica. Una encarnación más cercana al post-rock y al post-metal e inmediatamente asociada con una serie de grupos que iban desde Isis a Mogwai. Desde entonces se han sucedido Heart Ache (EP), Jesu, Silver (EP), Conqueror y ahora llega el turno a otro EP.
Esta vez, como ya hiciera con su primer y por ahora no superado «Heart Ache», Broadrick se presenta con dos nuevos cortes de minutaje superior a la media hora en conjunto. Pero lejos de atenazar con música que parecía hecha por divinidades furiosas, esta vez se deja llevar por las fuerzas naturales más benignas. La coartada temática es de lo más facilona, la puesta y la salida del sol respectivamente.
El primer tema «Sun Down» se divide en dos partes claras. La primera nos suena a ya oído, concretamente en su anterior EP, «Silver» y a decir verdad su melodía en lenta progresividad suena casi más a resplandor de amanecer que a ocaso. La segunda parte no tiene el ritmo marcado, siendo más apacible, mostrando una vez más cuanto se ha alejado Broadrick de las estridencias metálicas de Godflesh. Aunque pronto se vuelve a introducir en el crepitar sintético tan característico de su sonido que finalmente se apaga hasta solo quedar el monótono esqueleto rítmico.
Por su parte «Sun Rise» comienza serena, muy marcada por envolventes sonidos de bajo, como ondas sísmicas que procedieran desde el núcleo terrestre. Aquí no hay varias canciones en una, esta misma pauta invade de hipnosis a través de quince minutos en los que no hay subidas ni bajadas en general, simplemente unos componentes son atenuados y otros realzados de forma cíclica ayudados por susurrantes mantras vocales.
No se puede decir que la propuesta de Jesu no siga siendo sugerente, pero a estas alturas quién vaya siguiendo su carrera corta en tiempo pero dilatada en material notará una cierta sensación de hastío. Hay que aclarar que realmente estos dos temas acompañaban como CD adicional a la edición japonesa de Conqueror. Aún así, tal vez sea el momento de plantearse un parón compositivo porque visto lo visto las horas de estudio pueden cundir una barbaridad. Tal vez más de lo deseable.
