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Nine Inch Nails – Hesitation Marks

Nine Inch Nails - Hesitation Marks portada
Polydor, 2013
Productor: Trent Reznor, Atticus Ross, Alan Moulder
Banda: Trent Reznor (Alessandro Cortini, Pino Palladino, Adrian Bellew, Eugene Goreshter, Lindsey Buckingham, Ilan Rubin...)

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5.0

Es fácil hacer leña del árbol caído de NIN en 2013. Muy fácil. Yo, para empezar, quiero alejar totalmente mi postura de los talibanes del tiempo pasado. No me importa que Trent Reznor ya no esté al límite como cuando escribió «The Downward Spiral» o exorcizando sus demonios como en «The Fragile». Pero desde hace años se veía que necesitaba un nuevo leitmotiv para seguir haciendo música porque los resultados de sus discos de estudio caminaban hacia el desastre de forma exponencial.

Al parecer era mucho pedir que, tras este parón de mentirijillas, a Reznor le hubiera dado tiempo a reflexionar y renovar la visión creativa del proyecto. En su lugar ha ido a lo fácil, al escapismo, a crear un disco donde prima la electrónica y la atmósfera. Y vamos a hablar claro, puede que en Hollywood su visión de las bandas sonoras haya aparecido cual revelación, pero para cualquier seguidor de la banda mínimamente crítico, «The Social Network» no era sino más de lo mismo adaptado (con éxito, vale) a otro medio.

Desde este punto de vista, «Came Back Haunted» era un adelanto de lo más decepcionante, una pieza más de la autoparodia de un compositor que no parece dar mucho más de sí. Más sugerentes resultaban los rotundos beats de «Copy of A», a la postre de lo mejor del disco. La sorpresa vendría con «Everything», bautizada por muchos como la «canción pop de NIN». Efectivamente dista de la perfección, algo atribuible a la poca experiencia del autor en este lenguaje. Por ejemplo, acusa la repetición de versos y carece de esa esencia simple que un gran single pop necesita, por no decir que suena intrusa en el ecuador de un disco dedicado a sonidos mucho más fríos. Pero a quienes dijeran lo de «pop» frunciendo el ceño, qué cara se les quedaría al comprobar que cuenta con la más rabiosa dosis de guitarras del disco. Y si una canción de este disco va a pasar a la historia, será esta sin duda.

Pero los problemas de «Hesitation Marks» son otros y variados. Trent Reznor ha intentado hacer un disco que conjugue su alabada faceta ambiental con una errónea concepción del pop y el rock que viene a ser cantar sobre la electrónica. Cantar mucho. Y cualquiera sabe que Reznor ha sido un gran compositor, brillante músico y hasta sentido letrista, pero nunca destacado cantante. Tampoco le ha hecho falta, pero cuando te metes en berenjenales como «All Time Low» o «Satellite», sólo puedes salvar la papeleta con un registro a la altura. En cuanto a la primera, la voz de Reznor susurrando en clave sexy cual Prince no funciona. Respecto a la segunda, no sabemos si en directo nos esperará un espectáculo de bailarinas, pero viniendo del artista que se atrevió a reírse del disco de Chris Cornell con Timbaland, nos parece demasiada jeta.

Volviendo a «All Time Low» y ese final que progresa torpemente hacia el kraut etéreo, tenemos otra de las incómodas pautas del disco. Canciones que tardan una eternidad en desarrollarse hacia otra cosa. No hay que darle muchas vueltas para ver que esto sucede porque no son canciones, sino secuencias que evolucionan a partir de un sonido interesante, una idea quizá correcta, pero incapaz de desarrollarse en una canción.

Y por supuesto, la regla de oro de los NIN de los últimos 10 años: la repetición. Es imposible tomarse muy en serio temas como «Find My Way», «Dissapointed» o «While I’m Still Here». Tal vez no estén mal para los nuevos fans, ¿pero pueden aportarle algo al clásico oyente de la banda? Los pianos de siempre, los susurros de siempre, los ambientes de siempre, suena a hastío. No es normal que el fan de un músico supuestamente avanzado, necesite una evolución superior a la que el artista parece demandarse. Y además sabemos que no es prejuicio cuando «Various Methods of Escape» también suena a reciclaje pero en el buen sentido, remontando ambientalismo con un confortable estribillo que trae también aires de QOTSA.

Para ser justos, a veces sí que intenta ir más allá, con resultados dispares. «In Two» es el mayor logro en este sentido, beats rotos que realmente hacen conexión y un nuevo tipo de rabia, más heredera del hip-hop. En definitiva, un poco de sangre. «Running» puede ser más alienante y rozar un poco el humor con esos filtros vocales y ritmos de juguete, pero como oyente mejor esto a que te tomen el pelo con lo mismo de siempre. Lo que sí que le recomendaría a Reznor es que cuando quiera hacer electrónica, se calle un poco. No es necesario cantárselo todo.

Aún con todos los palos que le acabo de dar al disco, Trent Reznor recrea una vez más un aura de misterio que hace que el disco pueda ser disfrutado sin plantearse estas cosas. Es decir, en su mayor parte no es un disco que moleste, te lo puedes llevar a correr o ponértelo para pasar la aspiradora, incluso tiene un par de momentos palpitantes para la pista de baile. Es más, hasta podría ser aplaudido por la crítica más genérica como un fantástico equilibrio entre el mainstream y la vanguardia o algo así. Eso sí, el que siga esperando un gran disco de NIN, que considere tirar la toalla o trate de disfrutar del disco como lo que es, material de EP con mucho relleno.

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1 de enero de 2013