/Reseñas///

Oxbow – The Narcotic Story

Oxbow - The Narcotic Story portada
Hydrahead records, 2007
Productor: Joe Chiccarelly
Banda: Dan Adams, Greg Davis, Eugene Robinson, Niko Wenner

Géneros: , ,

8.2

Oxbow es una banda surgida en 1989 de las cenizas de un grupo punk y que actualmente se mantiene encima de los escenarios, dando más bien contados shows aquí y allá. Más allá de esto, personalmente creo que podemos resumir lo que es Oxbow señalando que las dos únicas opciones que contempla Eugene S. Robinson, frontman de la banda, como vestuario para un concierto parecen ser un smoking o unos calzoncillos. Nada de puntos intermedios. Éstos son más de susurros y gritos, guitarrazos industriales del fin del mundo y arreglos de violines como ingredientes para crear algo entre un cadáver putrefacto con un acabado brillante y un cuadro impresionista hecho con mierda. Algo así como unos sucios outsiders enseñándonos lo que es, en realidad, tener clase.

Sea como sea, los propios Oxbow dicen que su método de composición consiste en algo así como crear melodías preciosas, bellas en un sentido clásico, para luego destrozarlas y volverlas casi irreconocibles. Aún así, el noise y la pesadez industrial de este «Narcotic Story» queda lejos de la brutalidad de sus primeros trabajos, aún más enrevesados y retorcidos, e introduce más arreglos y pasajes de una más destacada sensibilidad de lo habitual para, eso sí, luego tratar de enterrarlas entre un mar de ruido. Sirva como ejemplo más claro el fantástico «She´s a find», por mencionar alguna de las canciones de éste disco, probablemente el más accesible y homogeneo de la banda.

Bebiendo de las fuentes de unos Shellac o unos Swans, ahora tremendamente populares pero siempre referenciales, y viniendo de un sello como Hydrahead, cabeza visible del metal y el hardcore más experimentales del nuevo siglo (aparte de fuente de otras rarezas inclasificables como ésta), sólo podemos llegar a suponer qué es lo que nos pueden ofrecer un banda como la californiana, que con ya 25 años de existencia, nos sigue ofreciendo una de las propuestas más estimulantes y, ciertamente, diferentes del panorama de rock digamos, crudo, actual. Y eso, en un tiempo en el que parece que la rabía y violencia musicales clásicas de estos grupos de los noventa se hayan convertido en pura estética y producto de consumo de la juventud más in, ya es algo (discusión aparte sería si alguna vez fueron realmente algo más). Ya sea como pura, violenta o cruda vivencia sonora o como performance circense decadente, Oxbow son una experiencia que todo melómano abierto de mente debería probar. Y para ello, esta hipnótica y narcótica historia es, probablemente la mejor toma de contacto. Aunque a los que las hostias a modo de guitarrazos de un Niko Wenner en estado de gracia de una canción tan brutal como «A Winner Every Time» no les diga nada tengan que probar con alguna cosa más aséptica, no hay duda de que ésta es una joya para los que aceptan la existencia de la locura como algo cotidiano. 

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1 de enero de 2007