/Crónicas///

South Pop – Sevilla (16/04/2011)

7.3
Teatro Alameda, Variable (1/2-casi lleno)
Precio: 40,48,25,29... €

El segundo día del festival prometía ser mejor, ya sólo por la presencia de Single, Margarita y, sobre todo, Standstill. Pero a la hora de la verdad, la afluencia se vio lastrada por el Barça-Madrid, y hubo alguna actuación que no cumplió con las expectativas; quedándose el cómputo final en un nivel algo por debajo del de su predecesor, bueno en todo caso. Además, se creó un curioso ambientillo futbolero-festivalero por el vestíbulo y bares anexos entre artistas y público en los descansos entre actuaciones.

 

EMILIO JOSÉ

El de Quins lleva encima la papeleta de ser uno de los cantautores más raros del panorama. Y no es pera menos, ya que no conozco ningún otro que mezcle idioma gallego con folk, mash-up electrónico y discurso político irreverente. Su actuación, intercambiada casi en último momento con la de Mercedes Audras, fue la más minimalista de todo South Pop ’11; bastándose él mismo, unos sintes y un portátil. Durante la primera mitad de sus escasos cuarenta minutos sobre el escenario creó un bizarro pero efectivo mantra a medio camino entre, podría decirse, la canción tradicional, El Guincho y The Avalanches. Multitud de samples por doquier, entre los que reconocimos el “Stand by Me” y varios otros, con el autor de tal caos rítmico cantando encima o introduciendo su voz previamente grabada. La cosa fue luego convirtiéndose en algo más informal, con Emilio haciendo de showman, metiendo chistes entre las canciones, o interrumpiendo para decir cualquier cosa que se le ocurriese (impagable las anécdota de las chicas que se van al pueblo de al lado a buscar novio y la de Rosa Díez), siempre con las carcajadas del escaso público aún a esas horas como acompañamiento. El resultado final, curioso aunque lastrado un poco por la verborrea.

 

ORNAMENTO Y DELITO

La del cuarteto madrileño con sangre vasca fue la propuesta más dura y seca del festival. Con su nombre como estandarte y seña de identidad, ofrecieron un buen directo que se cifró, por tanto, en sencillez, seriedad, crudeza y distorsión, mucha distorsión. De hecho a su cantante apenas se le escuchaba las contestatarias letras de “La policia” o “Madrid” bajo las murallas de sonido, que creo que espantó a unos cuantos por su intensidad. Y es que quizá no todos estaban preparados o listos para un concierto de genuino ROCK duro, sobre todo tras el variado día anterior. Pero aún así, como decimos, la banda fue a lo suyo sin concesiones, tan sólo con algún escueto ‘gracias’ entre tema y tema de su debut “Rompecabezas de moda y perfección moral”. Hacia el final, la cosa derivó un tanto hacia una especie de kraut-rock al incorporar diversos artilugios de viento unidos al sintetizador, aunque dicho efecto quedó algo tapado, de nuevo, por el ruido. Y me pregunto si no era tal la intención de la banda.

 

SINGLE

La gran decepción de todo el festival. Single me parece uno de los conjuntos nacionales que más está haciendo por el avance del pop hacia terrenos poco transitados, lírica y musicalmente; aunque, todo sea dicho, he de reconocer que soy bastante más de los ritmos amontonados de “Pío-Pío” que del minimalismo musical de su sucesor “Monólogo Interior”. Y, lamentablemente, de esta última guisa se presentaron en Sevilla Teresa -vestida como de bailarina de salsa- e Ibon, sin ningún acompañamiento a teclado, cuerdas o percusión, sólo de alguna eventual programación. Únicamente voz y guitarra en directo; y encima encajados entre el monolitismo de Ornamento y la explosión hardcore-selvática de Margarita que seguiría después. Mala distribución, puede decirse. A grandes rasgos, todo lo de su segundo disco sonó bien por la fidelidad al original, como “Posponías” o «¡Miau!”; mientras que “Pío-Pío”, la canción, sin toda la parafernalia de estudio, me resultó hueca, al igual que “Tu perrito librepensador” o “Señor Invierno”. Supongo que se trata de conectar con la concepción artística de los vascos en la actualidad, pero uno no puede evitar añorar el sonido que hizo que me interesara por ellos. La fanfarria final (pregrabada, claro) de “Mr. Shoji” no hizo sino aumentar esta nostalgia.

 

MARGARITA

Se notaba ya la coincidencia con el derbi dentro del Teatro y alrededores. Tanto por una parte considerable del público que había pagado la entrada o el abono al completo, que lo seguía desde algún garito próximo, saltándose sin miramientos concierto tras otro, hasta que comenzasen los cabezas de la noche; como por los artistas, unos absortos Ornamento y Delito que lo contemplaban por la tele en el mismo bar donde comíamos en el descanso, o incluso unos aparentemente nerviosos Standstill, un grupo de tipos de oscuro buscando suponemos algún sitio agradable donde ver a su equipo. De hecho, los propios Margarita celebraron el gol del Barça en pleno escenario. La suya fue la actuación más endiablada de todo South Pop Festival. Cuarenta minutos de punk tropicalista a piñón fijo y con la mayor parte del público que decidió dejar el espectáculo deportivo de lado contorsionándose bajo espasmos sin remedio. Y es que aunque el suyo fue el bolo más perjudicado por dicha coincidencia, hicieron lo posible para que los que acudimos pudiéramos comprobar como efectivamente nuestro ‘cuerpo explotaba’ bajo el poder de su música, como bien reza el título de su último álbum. Con sus tres cantantes alternándose o gritando al unísono, empuñando sus instrumentos que evocaban todo el calor infernal del Caribe, duraron lo justo para no comenzar a sonar reiterativos. Momentos de fiesta para una jornada que con ellos arrancó por fin por todo lo alto.

 

STANDSTILL

Los catalanes no empezaron hasta que concluyó el partido; sabia decisión ya que no retrasó demasiado el horario de un festival que había sido tajante en este aspecto, y que hizo además que la suya fuese la actuación con más afluencia desde la de Manel el día anterior. En mi caso, era la ocasión idónea para redimirme, ya que nunca había visto antes a estos grandes de nuestro indie. Así que, aunque el cansancio acuciaba, me acerqué a las gradas dispuesto a disfrutar la obra sentado y en alto. Luces fuera y el sexteto catalán adentro entre ovaciones. No creo que nadie dude a estas alturas que el seguimiento que produce Standstill es un culto en el que confluyen música, letra, concepto y puesta en escena. Por lo que aunque acudieron sin la escenografía “Rooom”, si prestaron atención a su presencia como conjunto y todos se presentaron de negro riguroso en torno a la figura de Enric. Con “Todos en pie” abrieron fuego a hora y cuarto de repertorio basado en sus dos últimas referencias de estudio, “Vivalaguerra” y “Adelante Bonaparte”, intercalando temas de uno y otro con elegancia; lo que significó entrelazar su ya omnipresente y elaborado sentido melódico con arranques más propios del hardcore que cada vez les queda más lejos, aunque demostraron que aún saben rockear más que ninguno. Dejando de lado, por tanto, la vertiente conceptual al no centrarse por entero en su última obra, el concierto fue una especie de homenaje a los fans que han ido incorporándose en los últimos años: con “¿Por qué me llamas a estas horas?”, “1,2,3, sol” o “El por qué de hablar solo” brillando al mismo nivel que “Adelante Bonaparte”, “Hombre Araña” o “Cuando ella toca el piano”, con una intensidad y profesionalidad que dudo pocos puedan igualar a día de hoy. Y si no que pregunten a los fans, que les hicieron salir dos veces. Lo mejor de todo South Pop Sevilla 2011, sin duda alguna.

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16 de abril de 2011